El náhuat, también conocido como pipil, es la
única lengua indígena que aún se habla en El Salvador.
Perteneciente a la familia lingüística uto-azteca, el náhuat fue durante siglos el idioma
de los pueblos nahuas que habitaron gran parte del territorio salvadoreño antes y después
de la llegada de los españoles.
Aunque hoy su número de hablantes es reducido —concentrados principalmente en comunidades
como Santo Domingo de Guzmán (Witzapan), en el departamento de Sonsonate—,
el náhuat sigue siendo un símbolo vivo de la identidad y la herencia cultural
del país. Diversas organizaciones, docentes y hablantes nativos trabajan actualmente en su
revitalización, promoviendo su enseñanza en escuelas y proyectos comunitarios.
El náhuat no solo representa una forma de comunicación, sino también una
conexión profunda con la cosmovisión ancestral de los pueblos originarios.
En sus palabras y expresiones se conserva una manera única de entender la naturaleza,
la comunidad y la vida misma.
Preservar y aprender náhuat es, por tanto,
mantener viva la raíz indígena de El Salvador y rendir homenaje a quienes
han conservado esta lengua a lo largo de los siglos.